sábado, 1 de mayo de 2010

Encerrada en una caja de carton...

Me levanto con una ilusión inexistente y abro los ojos de una forma obligada. Me dirijo hacia la puerta e intento abrirla, pero, como cada día, esta cerrada. Me siento atrapada y lo único que puedo hacer es sentarme sobre la cama y mirar por la ventana. Veo pasar a tanta gente riendo, niños jugando, coches pasando... con una vitalidad que yo no tengo. Lo peor de todo esto es que quizás con el tiempo acabe acostumbrándome a estar así. Hay algo que me controla aun estando encerrada y que no me deja ser yo misma ni siquiera en el poco espacio que tengo. Me siento como una marioneta encerrada en una vieja caja de cartón colocada al borde de la ventana con la que alguien juega para no aburrirse. Dentro de mí existe una mezcla de sentimientos muy diferentes que hacen que me sienta mal en cada momento. No soy dueña de mi vida, no soy feliz, no me siento bien conmigo misma y me duele tener que despertar cada día y darme cuenta que sigo atrapada en esa habitación. A veces siento que corro y escapo de todo eso, que logro abrir la puerta, cortar los hilos que me sujetan y salir, pero entonces es cuando abro los ojos y me doy cuenta de que solo era uno de los miles de sueños que tengo cada día, uno de esos que por unas horas me hacen... ser feliz.

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