martes, 1 de abril de 2014

Para siempre

- Cierra la puerta y siéntate, quiero hablar contigo- le dije.

Puso una expresión pensativa durante un par de segundos y cerró la puerta.Justo después de sentarse me miró y suspiró, ya sabía que quería decirle.


- Pff... no se muy bien como empezar - le dije mientras por dentro pensaba como era posible que el día anterior me tirara horas y horas pensando en como decir las cosas y que una vez llegado el momento me quedara en blanco.
En ese momento de silencio le preguntó si era algo malo o bueno, ¡típico de él!

- La verdad es que no estoy muy segura- respondí a la vez que me salía una pequeña sonrisa por la situación. - Bueno, creo que ya se por donde empezar,pero antes de nada, espera a que acabe por favor.

- Vale.

- Quiero ser justa contigo, pero también espero que esto no cambie tus sentimientos o pensamientos sobre mí. Bueno, más que esperar necesito que no cambien.- Tuve que parar unos segundos porque el nudo que se había formado en mi pecho no me dejaba continuar.
-Hace un par de días, no se por qué, no podía dormir así que salí al balcón. Era una noche tranquila, quizás demasiado. No corría aire alguno, el cielo estaba totalmente despejado y solo había un par de estrellas. El caso es que en esa tranquilidad miré fijamente a una de ellas, la que más brillaba y entonces lo vi, como si se tratara de la luz que te guía, el final del túnel. Sentí un escalofrío y aparté la vista de esa estrella. Giré la cabeza hacia otro lado y allí
estaba la otra, un poco menos brillante. Seguro que estás pensando: ¡vaya historia me esta contando, no me estoy enterando de nada! - Al decir esto último los dos sonreímos.

- ¡Has dado en el clavo! pero continúa por favor.


- Vale, pues el caso es que esas dos estrellas me mostraron mi vida. Al mirar la
primera estrella recordé muchos momentos que viví antes de conocerte, de la persona que estaba antes, que sin querer sigue siendo la estrella que más brilla. Pero al girar la cabeza, eras tú, la segunda estrella, con la que sentí la tranquilidad que me hizo conseguir dormir esa noche.

- Creo que no acabo de pillar del todo a donde quieres llegar. - Dijo el poniendo 
una expresión chinesca.

- Donde quiero llegar es que antes de conocerte a ti había tenido esta misma sensación, 
sentir que la persona de la que estuve enamorada ocupaba un sitio muy grande dentro de mi, pero siempre había decidido seguir mirando la estrella que más brillaba sin dar la oportunidad a que el resto de estrellas pudieran relucir más. Y ahora contigo es diferente. Antes quizás no me daba la oportunidad a mi misma de estar bien con nadie más, me encerraba dentro de un ideal que era mentira y tú eres real por lo que la estrella que más brilla es la tuya ya que la otra forma parte de recuerdos de un pasado que no era real. ¿Lo entiendes ahora?

- Sí. Ahora me toca hablar a mi.


- Si claro, que yo ya te he dado una buena charla. - Dije sonriendo.


- Yo solo tengo una cosa que decirte y es que tú siempre fuiste para mi la estrella 
que más brilla y espero que el cielo esté cada noche despejado para ver ese brillo que tanto me gusta antes de ir a dormir cada día.

Sonreí, se acercó a mi, me besó, me abrazó y suavemente me dijo al oído que esperaba 
que ese sentimiento durara para siempre, en ese momento realmente me di cuenta que sí, sería para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario